Nanotecnología II

Investigadores de la Universidad de Purdue, en EE. UU., han hallado una forma de reparar –o al menos limitar– el daño que causa una lesión en la espina dorsal.


Esas lesiones consisten en una compresión –y a veces en una ruptura– de los nervios que corren del cerebro a lo largo de toda la columna y que transmiten los impulsos eléctricos que permiten, entre otras cosas, que nos movamos. Usualmente, esos daños dejan parapléjica a una persona .


La estrategia del equipo liderado por Ji-Xin Cheng, probada con éxito en ratas de laboratorio, consiste en utilizar unas diminutas esferas –unas cien veces más pequeñas que un glóbulo rojo– hechas a base de dos polímeros para “sellar” el axón (los extremos del nervio) dañado.

Al sellar el axón en los primeros minutos tras el accidente, no solo se revierte este, sino que se le pone un alto a una serie de reacciones en cadena que realiza el cuerpo cuando ocurre el rompimiento de un nervio, como es la inflamación, que acaban dañándolo por completo y dejándolo inservible.

El uso de polímeros para sellar los axones no es una estrategia nueva, pero el mecanismo de entrega de estos y su éxito sí lo es, tal como señala el reporte publicado ayer en Nature Nanotechnology .


La novedad está en que esas nanoesferas (o micelas sintéticas) están hechas de dos polímeros: uno hidrofóbico (que no se mezcla con el agua) y otro hidrofílico (que sí se mezcla con el agua).

Al poner, en el núcleo de la esfera, el material hidrofílico y recubrirlo con el hidrofóbico, la duración de los polímeros dentro del torrente sanguíneo del animal se prolonga, lo cual permite que llegue al sitio de la lesión antes de que diferentes agentes del cuerpo los destruyan y desechen.

Eso es más efectivo que el polímero inyectado directamente al animal, compuesto que solo permanece activo en el sistema unos 10 minutos.


Los resultados de la investigación de Cheng lo comprueban. Mientras que el polímero inyectado directamente logró reparar el 18% de la lesión en los axones de las ratas, el tratamiento con las nanoesferas reparó un 60% del daño y otorgó, a esos animales, el control sobre sus cuatro patas.


Aunque este es tan solo un estudio piloto en animales, estas diminutas esferas abren esperanzas de poder, en un futuro, limitar los daños ocasionados por una lesión en la espina dorsal.