El asunto es importante
porque, si bien la neuropsicología -disciplina que estudia la relación entre las lesiones cerebrales y el funcionamiento mental- ha aportado ciertos criterios que permiten llegar a un diagnóstico del mal de Alzheimer, la certeza sólo puede ser obtenida una vez que el paciente ha fallecido, a través de un examen anatomopatológico. Por lo tanto, confirmar la hipótesis que exista algún tipo de relación entre el mal de Alzheimer y una elevada presencia de aluminio en el cerebro no pasa, por el momento, de ser una hipótesis entre tantas que esperan pacientemente ser confirmadas o descartadas.
Los contados estudios que han abordado este interrogante son poco conclus que postula que los cerebros de los pacientes que padecen el mal de Alzheimer se caracterizan por una presencia elevada de aluminio aportaría algunos elementos para pensar en la posibilidad de diagnosticar de modo concluyente la enfermedad durante la vida del paciente.
Iones, electrones y rayos XEl grupo de físicos de la CNEA que dirige el doctor Andrés Kreiner analiza muestras de cerebros de pacientes con Alzheimer y de pacientes sanos, para medir y comparar las cantidades de aluminio que contienen. Las muestras son proporcionadas por el grupo de investigadores médicos del hospital Santojanni, que dirige la doctora María Elena Levin, y procesadas en la cátedra de Toxicología y Química Legal de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
En el Centro Atómico Constituyentes, el estudio de la muestra se realiza con una técnica llamada PIXE (Particle Induced X-ray Emission). Según el doctor Daniel Hojman, integrante del Grupo de Espectrometría Nuclear Discreta, "ésta es una técnica muy precisa que permite detectar partes por millón (ppm) de ciertos elementos que se hallan presentes en una matriz, y que actualmente tiene aplicaciones tanto en medicina como en arqueología, biología, arte y ciencias de materiales".
El modo de operar de esta técnica que echa mano del acelerador de partículas Tandar es el siguiente: se bombardea la muestra por analizar con ciertas partículas atómicas llamadas iones pesados , lo que produce un reordenamiento de los electrones que da lugar a una emisión de rayos X. Como todo elemento, el aluminio al ser ionizado produce una emisión de rayos X que le es característica y que permite determinar en qué cantidad se halla presente en la muestra.
Hasta el momento, tan sólo se ha analizado un pequeño número de muestras que corresponden a distintas áreas cerebrales de personas con Alzheimer y de otras que no padecían esta enfermedad. Los resultados -obviamente tempranos y provisionales- confirman la hipótesis: el 80% de las muestras de pacientes con Alzheimer contenía un promedio de 6,9 ppm de aluminio, mientras que sólo en un 19% de las muestras de pacientes sanos se encontró aluminio, y en una cantidad normal de 1,9 ppm.