Energia eolica

La Conferencia de Kyoto obliga todos los países a que desarrollen la utilización de las fuentes energéticas renovables para reducir el consumo de combustibles fósiles y reducir las emisiones contaminantes en la atmósfera, que provocan el peligroso efecto invernadero.

Entre las fuentes energéticas renovables, el viento es un recurso disponible, ecológico y sostenible. En estos últimos años en Europa han aumentado mucho los lugares para la producción de energía eléctrica del viento (Wind Farm o bosques eólicos), en lugares donde las condiciones climáticas, orográficas y ambientales permiten el mejor aprovechamiento del viento. Esto ha contribuido a mejorar las tecnologías y a reducir los costes de la maquinaria eólica: de hecho actualmente se encuentran en el mercado maquinas eólicas de cualquier tamaño, seguras y tecnológicamente fiables.












La producción de energía eléctrica eólica normalmente se asocia a la imagen de grandes lugares con numerosas y enormes maquinas en las colinas o en mar abierto: instalaciones a menudo no admiradas por las personas por el impacto visual sobre el paisaje y, cuando están cerca de las viviendas, por el ruido continuo que provocan.

Las instalaciones eólicas de pequeño tamaño, en cambio, tienen un impacto visual y medioambiental sustancialmente nulo, de tamaño poco superior al de una antena parabólica. Se pueden utilizar de forma aislada o junto a paneles fotovoltaicos, para proporcionar electricidad a zonas aisladas o difícilmente alcanzables por la red eléctrica (viviendas aisladas, reservas naturales, estaciones meteorológicas, refugios alpinos, etc.).

Para alimentar una casa de 4 personas, hace falta una turbina eólica de aproximadamente 5KW. Su producción será de 8000 kilovatios-hora anuales, suficientes para abastecer el 50% de la energía de la casa.